Los sofritos, mejor con aove
El sofrito casero es una de las técnicas culinarias más populares de la Dieta Mediterránea. Su secreto reside en el uso de un buen aceite de oliva virgen extra, la grasa vegetal más saludable de cuantas existen. De hecho, varias investigaciones revelan que, elaborado con aove, favorece la absorción y la liberación de los compuestos bioactivos de los ingredientes tradicionales que lo componen -ajo, tomate y cebolla-. A continuación, te desvelamos cómo se elabora el mejor sofrito casero.
Se trata de una de las técnicas culinarias más populares de la Dieta Mediterránea. Hablamos del sofrito, una composición basada en la cocción lenta en aceite (si es aceite de oliva virgen extra, mejor) de varias verduras y que sirve de base para cualquier receta que se precie.
La esencia de un buen sofrito reside, por supuesto, en la grasa vegetal utilizada para su elaboración. Nosotros te recomendamos emplear aceite de oliva virgen extra, del que se reconocen innumerables bondades, más aún cuando investigadores españoles han observado que el sofrito cuando se elabora con el zumo de aceitunas potencia los efectos saludables de sus verduras.
Y es que, esta grasa vegetal, la más saludable de cuantas existen, vuelve a ser el epicentro de una investigación española que pone de manifiesto que el sofrito favorece la absorción y la liberación de los compuestos bioactivos de los ingredientes tradicionales que lo componen -ajo, tomate y cebolla-.
Dicho esto… ¿sabes cómo se hace el mejor sofrito? Sigue leyendo y entérate bien y llegarás a la conclusión de que… ¡el sofrito casero, mejor con aove!
¿Cómo se elabora el mejor sofrito casero?
Seguro que estás acostumbradísimo a elaborar un buen sofrito casero al que no se le resiste ningún guiso, arroz, estofado… Para comenzar, te diremos que se trata de una técnica según la cual, las verduras y/o hortalizas empleadas se van cocinando a fuego lento y van perdiendo su agua; mientras que sus nutrientes, sabores y aromas se van concentrando durante la cocción.
El secreto de este preparado de verduras rehogadas, que sirve como base para infinidad de recetas, se encuentra en el aceite de oliva virgen extra. Nosotros te recomendamos que utilices Magnun Sess Premium, un monovarietal de aceitunas Picuales, precisamente una de las variedades que mayor contenido en polifenoles posee. Este zumo, que presenta un frutado intenso y notas frescas de verde hierba y vegetales, armonizará a la perfección con las materias primas que integran el sofrito, aportándolas unos matices muy característicos gracias a sus reconocidas notas de pimienta.
Por su parte, las verduras y hortalizas que utilicemos para conseguir un rico sofrito también tienen mucho que decir. Al ajo, a la cebolla y al tomate podemos añadirle otro tipo de verduras como el pimiento rojo o verde, calabacín… ¡A tu gusto saldrá mucho mejor!
En la receta tradicional, lo primero que haremos será trocearlas en porciones pequeñas y depositar solo el ajo y la cebolla en una sartén con el aove bien caliente y junto a un poquito de sal. Cuando estén pochados, agregaremos el tomate e iremos removiendo hasta que todas las verduras estén completamente cocinadas.
Es importante que la cocción sea muy lenta para que los ingredientes se vayan caramelizando poco a poco y no se quemen.
¡Ahora sí que sabes elaborar un estupendo sofrito!
El sofrito con aove mejora la salud cardiovascular
El estudio al que nos referíamos anteriormente está liderado por la profesora Rosa María Lamuela y fue realizado por un equipo de investigadores de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación de la Universidad de Barcelona (UB) , del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CIBERDEM).
El principal resultado del mismo reveló que “cocinar verduras con aceite de oliva virgen extra favorece los compuestos bioactivos, como los carotenoides y los polifenoles que están presentes en las verduras que encontramos en el sofrito, para pasar al aceite de oliva, que permite la absorción y bioactividad de estos compuestos”, según la directora del Instituto de Investigación sobre Nutrición y Seguridad de los Alimentos (INSA-UB), apostilló Lamuela.
Los científicos que han participado en esta magnífica investigación desvelan que esta composición, muy arraigada a la cultura nacional, contiene 40 compuestos fenólicos diferentes y una alta cantidad de carotenoides, y su consumo está asociado con una mejora de los parámetros de riesgo cardiovascular y la sensibilidad a la insulina.
Es preciso recordar que el estudio Predimed estudia los beneficios en la salud de la dieta mediterránea y, entre sus salsas más clásicas, figura el sofrito casero de tomate, principal fuente de carotenos asociados con la regulación lipídica y los biomarcadores inflamatorios. Este estudio concluye que la cebolla y el ajo presentes en esta receta, además, presentan beneficiosos efectos frente a las enfermedades cardiovasculares, hipertensión, diabetes y cáncer, atribuidos a los polifenoles.
¡Ya se conocían las bondades del aceite de oliva virgen extra, pero cada día surgen más estudios que refrendan sus innumerables cualidades!